Había escrito un post entero sobre las teorías de las causas del flujo migratorio. Pero después de ver Fuoccomare, el mar en llamas, una película sobre la tragedia de la pérdida de vidas en el Mediterráneo, no puedo más que borrar (todo) y volver a empezar.
Las causas de la migrancia han sido objeto de curiosidad y estudio desde tiempos inmemoriales; una de las respuestas teóricas el modelo explicativo del push-pull.
Este modelo viene a decir, en términos groseros, que cuando nos vamos, lo hacemos por algo. Gran deducción, Perogrullo no lo hubiera hecho mejor.
Desde luego, siempre se puede aducir que hay distintas explicaciones para un mismo fenómeno, pero cuando el modelo explicativo se convierte en un remiendo infinito de parches que cubren sus agujeros, acaba por darse por inservible.
Tan sencillo no puede ser, ¿no?
Las personas se mudan de país porque hay factores en el suyo propio que les empujan a salir, mientras que hay factores en el destino que les atraen a llegar. Grande, Sherlock.
La teoría del Push-Pull ha sido ampliamente criticada en la academia- pero cualquiera pensaría que tiene mucho sentido: ¿qué se puede criticar?
El problema principal de la teoría es su pobreza explicativa: porque el hecho de que alguien se va porque cree que va a encontrar una vida mejor en términos económicos, o no es cierto, o es, de nuevo, una perogrullada: te has ido por motivos económicos o por otros (ajá); si son motivos económicos, es porque has pensado que en el otro país hay más oportunidades (ajá).
Una de las preguntas que este modelo se deja sin contestar es, por ejemplo, ¿por qué se elige un destino y no otro de similares características? Por ejemplo, no es capaz de explicar que residan oficialmente 2.8 millones de turcos en Alemania, mientras que sólo hay 300,000 en Austria.
La teoría de las dinámicas reticulares lo explica mejor: te vas a ese país (y no a otro) porque allí hay una red de contactos que te facilitan la entrada- en un sentido figurado.
La teoría de la causación acumulativa, por ejemplo, habla de factores desencadenantes de un determinado flujo migratorio, a las que luego se le suman por el camino otras condiciones inexistentes en el inicio.
Pero: ¿por qué irse, en cualquiera de los casos? habrá algo que nos empuje a marcharnos- además del amor.
La teoría del Push-Pull porta implícita la idea del aventurero: es decir, que la migración es el fruto de una decisión individual, racional y libre. Escribí un post más detallado sobre esto.
De nuevo, cuando se habla de causas económicas, decir que es una decisión libre es mucho decir: como si no pagar las facturas fuese una opción. Como si no comer fuese una opción. Pero realmente esto es aplicable en los casos de huída de la guerra.
Cuando además, se observan las leyes de la migración, que se produce a oleadas en épocas de crisis o de injusticia social, hablar de decisión individual es también mucho decir. Las migraciones económicas son problemas estructurales, de colectivos muy grandes. Colectivos que son obligados a aceptar unas condiciones laborales mucho más duras que las locales, por ejemplo. Y cómo esto, en realidad beneficia a ciertos sectores de la sociedad receptora- que, de hecho, precisa de esa mano de obra. A esto vuelvo en cuanto me haya ocupado de la decisión racional.
La decisión racional, ¿no? es decir: que uno hace lo que cree que le va mejor. Otra grande: ayer, mientras veía Fuoccomare, cómo mueren miles de personas intentando cruzar el Mediterráneo me preguntaba quién es el bonito que se atreve a decir que arriesgar su vida (y la de sus hijos) es una decisión racional...
porque esperan algo mejor al final. Bueno, sí. Eso no es mucho decir- habría entonces que preguntarse en primer lugar, porqué tienen la idea de que la vida que les espera es mejor. ¿Quién se la vendido? ¿Quién les ha engañado? ¿o es que no tienen otra alternativa?- en ese caso ya no será una decisión, sino una necesidad.
¿Qué hay más irracional que elegir perder la vida? ¿qué significa racionalidad? ¿es una impresión basada en percepciones o puede referirse a hechos objetivos?) Claro, siempre se podría argumentar que es racional en el sentido de que uno ha hecho lo que creía que era mejor- pero en ese caso, de nuevo, estaríamos ante una
p_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ a. Si Hume levantara la cabeza.
Lo que es más, tal como están las cosas, la teoría debería ser rebautizada como Push-Push.
Los cuerpos inertes apilados en el fondo de los barcos que cruzan el Mediterráneo no son sólo las vidas y los sueños rotos de muchas personas, son el fracaso de un mundo que se está volviendo absurdo por minutos.
Como dije una vez: deberíamos comportarnos mejor, por el imperativo categórico, en la desnudez de la utilidad que merecen las personas: porque es lo que debemos hacer. Y rápido, que se nos están acabando los comodines de mezquindad y de absurdidad. Por minutos. Y se nos está llenando el mar de llamas.