La semana pasada hubo elecciones en mi neopaís. El resultado fue demoledor: el Partido Popular danés fue la segunda fuerza más votada (y los que tienen la llave del poder, dado que en realidad son la fuerza más votada del bloque azul, que se hace con el gobierno del país: no tendrán la presidencia por voluntad propia: simple y llanamente para poder operar eludiendo toda resposabilidad electoral)
Es este, el Partido Popular Danés, un partido de consignas abiertamente xenófobas y racistas y que apela a la idea de una Dinamarca pura de los contaminantes externos que somos los inmigrantes - los inmigrantes, dicen,no entendemos lo que es la democracia, venimos al país a robar o a abusar del sistema y un largo etcétera de lindezas comparables: ahora resurge el debate del requisito de tener sangre danesa para poder tener la nacionalidad, así de claro lo dicen. Sin sonrojo, sin el más mínimo atisbo de vergüenza, sin preocuparse de cuánto se parecen esas demandas a las que hiciera Hitler no hace tanto tiempo.
Como en el cuento de Bioy Casares, El perjurio de la Nieve, el protagonista tiene una idea mecánica, férrea de cómo transcurre la realidad, y de las graves consecuencias que tiene alterar esa mecanicidad. De colar sentimientos en ella. De colar a otros en ese cuadro rígido que es lo real.
Así, las personas que se tragan su discurso tan poco saben de lo que significa la palabra "cultura", tan poca historia o tan poco reflexivamente la han estudiado, que creen que esta, la cultura, es algo estanco, estático, mecánico, controlable, y que se desarrolla desde un marco autorizado, que se puede agarrar a un clavo temporal elegido a dedo (como por ejemplo: elegir la tradición del árbol de navidad como ejemplo de danesidad, como símbolo de lo que se pervierte la cultura danesa cuando alguien vota democráticamente que no haya árbol de navidad. Si ellos supieran que seguramente cuando se trajo el dichoso árbol levantó las mismas protestas que ahora levanta el quitarlo)
Como si la cultura no fuese el fluir (bello fluir) de las influencias, de las que tanto se aprende, que tanto enriquecen.
Aunque afortunadamente sé que los resultados aterran también a otros cuantos muchos daneses, (y eso me consuela, grandemente) esta tendencia creciente a la declaración abierta de posturas xenófobas es preocupante , aquí y en la Conchinchina: es decir: me preocupan tanto en Inglaterra, como en Japón, Suiza o en Marte... aunque esta en concreto me duele más porque me va a afectar directamente, que no sentirse bienvenida en este, que es ahora mi país (todavía lo puedo decir, aunque no sera de pura raza), me gusta menos que el pelo de un calvo.
Más preocupante aún me parece la reacción de algunos inmigrantes ante los resultados y las declaraciones abiertas de xenofobia, que en un asimilacionismo extremo, han adoptado el mismo discurso racista y antidemocrático que pregonan los del partido y sus simpáticos simpatizantes: si no te gusta, te largas, que aquí viene mucha chusma. (chusma chusma, chusma: como decían aquí: https://www.youtube.com/watch?v=RG7FynmYpuY )
Porque yo pensaba que las tonterías de estigmatizar a las personas por su origen, creencias, color o lo que se quiera, se le pasaban a uno en cuanto las vivía su pellejo. Pero no.
Todo este revoltillo de cosas desagradables, evidencia que en un mundo donde el movimiento internacional e intercultural es tan frecuente que se ha convertido en algo cotidiano, no se puede continuar con la arrogancia economicista de ignorar la importancia de los aspectos socioculturales de las cosas, que abrir fronteras mercadotécnicas no es suficiente para juntar culturas. Y que es urgente enseñar antropología desde la guardería hasta la jubilación y más allá y no desde mañana mismo, si no desde hace diez años.
Y por si fuese necesario apelar a una razón tan mezquina como la instrumental (porque las personas no somos medios, somos fines), si sóis tan egoístas que sólo os valen los argumentos para vosotros mismos, que sepáis que no nos lo podemos permitir, que no es ningún lujo. No hace mucho que oi en un programa especializado que Europa no está preparada para recibir inmigrantes: pero con esta población envejecida, y que no levanta cabeza (ese es otro tema) … así que necesitamos gente joven, que el hueco poblacional está ya aquí, así que más nos vale hacer algo. Y cuanto antes, mejor, que se nos sube la estupidirrubina y cuando nos queramos dar cuenta habrá sido ya cien años tarde y entre medias habremos dejado una Europa escabechada, sin cabeza, sin corazón, pero eso sí, con muchos árboles de navidad, para el que los quiera. Por mí que se los queden todos.
*** Rescato el post que escribí la última vez que hubo elecciones, el año pasado, al parlamento europeo: porque ya entonces las cosas se habían puesto feas, pero parecía que era una cosa de las imposiciones europeas. Ahora veo que no era eso. O no sólo. http://www.nomhadas.com/#!Es-que-ellos-son/cmbz/C039397E-0985-40D6-8370-474E8380FC51
Y para leer más sobre la raza, ese concepto inventado y cuyos fines no son más que políticos (o político-económicos, porque no sirve más que para decir: tú sí, tú no) ... puedes leer aquí: http://www.nomhadas.com/#!La-raza-no-es-algo-biol%C3%B3gico-sino-sociocultural/cmbz/750AE7C4-4E0F-48E7-9C8A-099C04323223
y más sobre la raza y su uso político, aquí: http://www.nomhadas.com/#!Racismo/cmbz/FF23636B-DDD2-4A26-B80B-52923B28D495